jueves, 21 de mayo de 2009



EL IMPERIO CAROLINGIOLA EDAD MEDIA EN EUROPA OCCIDENTAL - EL IMPERIO DE CARLOMAGNO















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EL IMPERIO DE CARLOMAGNO

El reino de los francos fue el más estable y duradero de los fundados por los pueblos germánicos en Europa.
A partir del siglo VIII, una nueva dinastía de reyes, descendientes de la familia de los Heristal, le dio su mayor esplendor, y extendió su poder a todos los países de Occidente, en la misma época en que los árabes consolidaban su dominio en la península ibérica. Carlos Martel que, como vimos, detuvo a los árabes en su avance sobre Europa en la memorable batalla de Poitiers (732), tuvo dos hijos: Carlomán, que profesó como monje, y Pipino, apodado el Breve por su baja estatura, que depuso a Childerico III y se apoderó del trono en el año 751 y reinó hasta el 768, inaugurando la dinastía de los carolingios. A su muerte, sus dos hijos, Carlomán y Carlos, fueron elegidos reyes de los francos, pero, como era de prever, no lograron coordinar sus acciones y se enfrentaron entre sí.
La solución de esta difícil situación se vió facilitada por el fallecimiento de Carlomán en el año 771, con lo que quedó Carlos en posesión total de los dominios de su familia, pues los hijos de Carlomán lo eligieron como jefe.
CARLOMAGNO
Carlos ya era conocido por sus condiciones personales como El Grande (Magno), por lo cual fue llamado Carlomagno. Una vez en ejercicio del poder, Carlomagno se dirigió a combatir a los lombardos en Italia, para proteger al papa Adriano IV. En el año 774 venció a Desiderio, rey de los lombardos, y dos años después deshizo por completo su reino. Desde entonces Italia quedó repartida, entre ti-es soberanos: el papa, Carlomagno y el emperador bizantino.
Carlomagno se proclamó rey de los longobardos y ciñó la corona de hierro, así llamada porque su aro interior había sido hecho con un clavo utilizado en la crucifixión de Jesucristo.
Poco tiempo más tarde, fue llamado a España (778) por un jefe árabe sublevado contra el emir de Córdoba. En consecuencia, atravesó los Pirineos y venció a los moros, obligándolos a retroceder en el territorio conquistado hasta la línea del río Ebro. A su regreso la retaguardia de su ejército fue sorprendida por los vascos o gascones y derrotada en el paso de Roncesvalles, donde murió su sobrino Rolando o Roldán, episodio que dio lugar a una famosa composición en verso.
Con posterioridad, los francos organizaron seis expediciones, con resultado de las cuales Carlomagno fundó dos marcas o provincias fronterizas, la de Barcelona y la de Gascuna.
Carlomagno culminó luego una larga guerra (772-785) contra los sajones, eficazmente conducidos por Widukindo, los que, a pesar de una enconada resistencia, fueron finalmente vencidos y sometidos, convirtiéndose al cristianismo.
Estos triunfos le permitieron extender sus dominios hasta el río Oder. Los bávaros fueron también vencidos y la misma suerte corrieron los ávaros, descendiente de los hunos (788-796), establecidos sobre las costas del Danubio. Finalizada esta campaña, Carlomagno creó la marca del Este (Ostereich), que más tarde constituyó el reino de Austria.
EL IMPERIO
Una vez Finalizadas estas campañas, las posesiones de Carlomagno comprendían la Galia, Italia, Germania y una parte de España, con lo cual quedó restablecido el antiguo Imperio romano de Occidente.
Fue en estas circunstancias que el 25 de diciembre del año 800, mientras Carlomagno oraba en la basílica de los apóstoles San Pedro y San Pablo, en Roma, el papa León III ciñó su cabeza con la corona imperial, a semejanza de lo que ocurría con los emperadores de Bizancio. De esta manera se consolidó la unión de la Iglesia y el estado.
Para mejorar la administración de su vasto imperio, Carlomagno acrecentó el número de duques y condes, cuyos subalternos fueron los vicarios y los centenarios. La labor de éstos se complementaba con la de otros funcionarios de confianza llamados missi dominici (enviados del señor), que recorrían el territorio en cada estación, de dos en dos un conde y un obispo—, para verificar el buen desempeño de sus súbditos.
Dos veces al año se celebraban las asambleas nacionales en las que participaban solamente los obispos, los duques y los condes. Durante su transcurso Carlomagno publicaba sus ordenanzas conocidas con el nombre de capitulares, por estar enunciadas en capítulos, que no siempre tenían el carácter de leyes. En ocasiones se trataba de normas o preceptos morales. Carlomagno prestó principal atención a la organización militar, a cuyo efecto las provincias fronterizas, llamadas marcas, estuvieron a cargo de jefes que recibieron el nombre de Margraves en Alemania y marqueses en los países latinos. El ejército se componía de hombres libres, que debían aportar sus elementos de combate, cuya cantidad y calidad variaba de acuerdo con el patrimonio de cada combatiente. También tuvo especial preocupación por la organización eclesiástica, de la cual se sentía responsable. Con tal objeto creó nuevos obispados y obligó al pago del diezmo, que consistía en el aporte de la décima parte de las cosechas, para el mantenimiento de la Iglesia. Durante el reinado de Carlomagno se llevaron a cabo numerosas obras públicas, entre las que sobresalieron los puentes de madera levantados sobre el Rin y el Danubio; el comienzo de la construcción de un canal entre ambos ríos y la edificación de palacios.
El Imperio Carolingio
El Renacimiento Carolingio
En materia cultural, Carlomagno procuro estimular el desarrollo de las letras y de las ciencias, decaídas por efecto de las luchas, a través de su propio ejemplo. A tal efecto, aprendió el latín y estudió la lengua germánica. Fundó escuelas y se rodeó de sabios, entre los cuales sobresalieron el teólogo Alcuino, nacido en Inglaterra, el lombardo Diácono y el germano Eginardo. Carlomagno asistió a la escuela que funcionó en su propio palacio de Aquisgrán, que mas bien tenía el carácter de una academia, donde se trataban y discutían temas de carácter científico y literario, basados en el estudio de las denominadas artes liberales, que comprendían el trivium (gramática, retórica y dialéctica) y el quadriuium (geometría, aritmética, astrología y música), según el método de lectura y comentario de textos. Paralelamente funcionaba una escuela para niños, que visitaba con frecuencia.
Hasta entonces eran pocos los que tenían una cultura clásica. Entre ellos sobresalían los monjes benedictinos, quienes fueron los más celosos custodios de esa valiosa herencia. Este resurgimiento cultural ha sido llamado el renacimiento carolingio.
División del imperio
Rodeado del cariño de su pueblo y de la admiración de los extranjeros, Carlomagno falleció en su palacio de Aquisgrán (Aix-la-Chapelle), el 28 de enero de 814. A su muerte, los pueblos sometidos trataron de recobrar su independencia y la estructura del imperio se resquebrajó hasta partirse.
Su hijo Luis el Benigno o Ludovico Pío, que le sucedió en el trono, dividió el imperio en el año 817 entre sus tres hijos: Lotario, Pipino y Luis. Disconforme con este reparto, su sobrino Bernardo, que era el rey de Italia, se sublevó, pero fue vencido.
Posteriormente, Ludovico se casó en segundas nupcias con una hija del rey de Baviera (819) con la que tuvo otro hijo, Carlos, a quien quiso hacer partícipe del reparto y entregarle un reino, pero sus otros hijos se sublevaron y Ludovico fue depuesto, aunque más tarde fue restablecido en el trono por la asamblea de Nimega (830).
Esta resolución dio lugar a que sus hijos se sublevaran nuevamente en el año 833. Abandonado por su ejército, fue degradado públicamente, pero poco después fue restaurado por segunda vez en el trono (834).
Tiempo más tarde, su hijo menor, Luis el Germánico, quitó sus dominios a los hijos de Pipino, rey de Aquitania, que murió en el año 838 y además, convenció a su hermano Lotario que le cediera sus posesiones; con lo cual unificó las fuerzas para luchar contra su padre, que falleció en 840, cuando se dirigía a enfrentar al vástago rebelde.
Con la muerte de Ludovico Pío, sus dos hijos menores , Luis y Carlos, se unieron contra Lotario, que reclamé la 3ucesión de su padre y el título de emperador. El entredicho derivé en un enfrentamiento militar, que tuvo lugar en Fontenoy, el 25 de junio de 841. La batalla se prolongó durante todo un día, hasta que el ejército de Lotario se retiro del campo, sin estar definitivamente derrotado.
En esas circunstancias, Luis y Carlos ratificaron su unión con el famoso juramento de Estrasburgo. prestado en presencia de los dos ejércitos (842).
Tratado de Verdún
Al año siguiente (843), Lotario se avino a firmar un tratado en Verdún, por el cual se llevó a cabo otro reparto, de tal manera que Carlos, apodado el Calvo, se quedó con la Galia, aunque con una superficie más reducida, comprendida por los ríos Escalda, Mosa, Saona, los montes Cevenes y la desembocadura del Ródano. A este territorio se lo llamó Francia. Luis el Germánico obtuvo la extensión situada al Este del Rin, que se llamó Germania (Alemania). Por último, Lotario recibió Italia y una franja de territorio separada de la Galia. que comprendía parte de Suiza, la Borgoña, Provenza y Austrasia (Alcasia y Lorena). Todo el conjunto recibió el nombre de Lotaringia.
Con esta división, desapareció el imperio de Carlomagno y surgieron tres incipientes estados que, con algunas variantes en su integración territorial, perduraran hasta nuestros días.
No obstante, la desmembración no se contuvo con esta división, sino que cada una de las tres partes continué fraccionándose en pequeños estados.
En Francia, Carlos el Calvo no pudo mantener su autoridad sobre los duques, marqueses y condes, que fueron emancipándose gradualmente. Estas divisiones fueron favorecidas por el famoso edicto de Mersen (847), del propio Carlos el Calvo, por el cual se establecía que los hombres libres debían reunirse en tomo de un señor, y luego por el edicto de Krersy del Oise (877), que admitió que el título de conde fuera hereditario.

EL TIEMPO DE LOS CAROLINGIOS
Los carolingios son merovingios que con el tiempo se constituirán como verdaderas dinastías. Reunieron bajo su autoridad la Galia, la Germania occidental, el macizo alpino e Italia del norte.
En la Galia, los grandes nobles se disputaban el cargo de mayordomos de palacio, que les hacía dueños de la situación. Los carolingios se apoderaron de dicho cargo.
Pipino de Heristal ocupó la mayordomía de Austrasia en el 680. Siete años más tarde consiguió derrotar a los neustrios, ocupando así Neustria. Con su muerte va a haber una revuelta en dicho reino.
Su hijo, Carlos Martel renovó la conquista, haciéndose con el poder de Austrasia y Neustria (719). Emprendió una amplia política de conquistas. En Germania lucha contra los sajones y los frisones del N (consigue Baviera). En Aquitania detuvo la invasión musulmana en la batalla que libró en los alrededores de Poitiers y, más tarde, obligó a Borgoña y a Provenza a reconocer su autoridad. Carlos Martel logró todos sus objetivos en el 739. Algunas de las causas que favorecieron esta situación fueron las siguientes:
* Compró a la nobleza a través de beneficios territoriales que procedían de la usurpación de tierras eclesiásticas.
* Un factor técnico, la adopción del estribo, dotó a la caballería de una mayor eficacia en el combate.
La figura de Carlos Martel adquiere tanto prestigio que acuden a él en busca de ayuda. Gregorio III (Papa) solicitó en vano la ayuda de éste contra los lombardos.
Muere en 741 y establece como sucesores a sus hijos: Carlomán y Pipino (el Breve). Pipino, a la muerte de su padre, heredó Borgoña, Neustria y Provenza, compartiendo el poder con su hermano, aunque éste último desaparece pronto de la escena política.
Pipino, en el 751, depone, con el apoyo del Papa Zacarías, a Childerico III. Este mismo año se hace elegir rey por medio de una asamblea de nobles reunida en Soissons y fue ungido por el legado del Papa (ceremonia de coronación). La alianza entre el reino franco y el papado se hizo patente cuando Esteban II acudió a la corte de Pipino en busca de ayuda contra los lombardos (que habían conquistado Rávena y querían entrar en Roma). Con la ayuda prestada consigue que:
* El pontífice vea su poder.
* Asegurar la legitimidad de su poder y la posibilidad de transmitirlo a sus hijos (también ungidos).
Antes de morir (768), repartió su reino entre sus dos hijos: Carlomán y Carlos I -el Grande- (Carlomagno). El reparto va a provocar discordias entre ambos pero, tres años más tarde, Carlomán muere, con lo que Carlomagno obtiene sin ninguna dificultad su reino.
Carlomagno va a unificar el occidente europeo, política y culturalmente, y va a llevar a cabo logros militares, políticos y culturales.
En su conquista va a seguir la línea de Carlos Martel (abuelito) y Pipino el Breve (papaíto): hacia el Este (son paganos). Los motivos de la conquista son dos:
* Extender el cristianismo.
* Evitar otro tipo de amenaza.
En el 774 conquistó el reino lombardo, que amenazaba a los estados pontificios y se oponía a la expansión franca, y recibió la corona de hierro de los lombardos.
Aquitania y la mayor parte de Italia eran reinos subordinados. Pero el problema fundamental eran los sajones, a los que venía combatiendo desde el 772 y que no fueron sometidos sino al cabo de treinta años (802). Sajonia fue por fin dominada.
Otro éxito importante se produce cuando consigue el control de Baviera. Dividió la tierra en condados y fueron integrados en el imperio en el 788.
También destruyó el imperio ávaro, en Panonia. En el 796 se apoderó del campamento del jefe ávaro.
De esta forma el estado franco extendió sus fronteras hacia el E y el N.
Para dominar el S organizó dos expediciones que se reunieron frente a Zaragoza, con objeto de tomar posesión de esta plaza musulmana de acuerdo con el gobernador, pero éste cambió de parecer, y Carlomagno, que no llevaba fuerzas suficientes para asediarla, tuvo que pasar de nuevo los Pirineos y su retaguardia fue deshecha en Roncesvalles (778).
Desde entonces renunció a la conquista y se contentó con avanzar lentamente en Cataluña, donde constituyó una marca fronteriza: Marca Hispánica.
A pp del s. IX, el imperio franco era ya un vasto imperio. Carlomagno era el árbitro de occidente y el Papa, León III, le pidió ayuda contra sus enemigos (799). Debido a la situación en oriente, Carlos tuvo que asegurar la defensa de la Iglesia y logró ocupar el trono imperial. El día de Navidad del 800 fue coronado por el Papa (coronación imperial).
Carlomagno, con la ayuda de Alcuino de York y de Teodulfo, creó una escuela palatina, para formar servidores del estado, laicos y clérigos.
Carlomagno era el intermediario entre Dios y la tierra: un solo Dios, un solo hombre en la tierra. El cristianismo fue para él el nexo más seguro entre las diversas partes de su imperio.
Organización del imperio
Carlomagno intentó organizar los territorios conquistados. En su inmenso imperio, donde algunas regiones conservaban una relativa autonomía, mantuvo las instituciones francas.
El conde, colocado por el rey a la cabeza de cada pagus (condado), tuvo poderes muy amplios, tanto administrativos como militares.
El obispo y el abad de algunos grandes monasterios aconsejaban o vigilaban al conde, promulgaban y aplicaban con él las ordenanzas emanadas de palacio: las capitulares (órdenes del rey);
* Los vassi dominici mandaban a los hombres que dependían de ellos en la ost (hueste) y contribuían a la vigilancia de la región.
* Los missi dominici, agrupados generalmente en parejas, uno laico y otro eclesiástico, estaban encargados de realizar inspecciones sobre diversos asuntos, una o varias veces al año.
Ambos (vassi y missi) asistían a pp del verano de cada año al plaid general, asamblea en la que el emperador tomaba contacto con los agentes del poder y con el pueblo. El palacio recibía las reclamaciones y los ruegos; del emperador emanaban las instrucciones.
Carlomagno intentó sustituir las órdenes orales por textos escritos: los más importantes fueron las capitulares (ordenanzas divididas en capítulos) que atestiguaban su voluntad de unificar el imperio y de ser obedecido en todas partes.
Aspecto judicial
Intentó ejercer la justicia directamente o por delegación en los tribunales condales (para campesinos, vasallos,...).
El emperador juzgaba los casos de las altas alcurnias, casos en que se juzgaba a aristócratas.
Los condados tenían potestad para juzgar a campesinos.
Para ejercer el derecho de juzgar las partes tienen que pagar.
La última instancia a la que se recurría, cuando no se llegaba a un acuerdo, era al juicio de Dios.
Organización del imperio a través de lo militar
Carlomagno trató de mantener la unidad militar.
Una de las fórmulas que utilizó para ello fue a través del beneficium. Consiste en la entrega de tierras en usufructo. Los campesinos que estaban en estas tierras tienen que pagar rentas a los militares, para pagarse su armamento. El emperador podía revocar esos beneficios y entregarlos a otros vasallos. Era una práctica usual. De esta manera se garantizaba la fidelidad de los guerreros.
(Pirámide: rey, vasallos, señores, campesinos,...)
Existe un doble vínculo entre vasallos:
* De carácter personal: encomendación del vasallo al señor. Se basaba en símbolos, gestos.
* De carácter real: se entrega el beneficio. A cambio estos vasallos deben servicios al señor de dos tipos:
- Auxilium: Servicio de armas. Se autofinanciaba con rentas de campesinos.
- Consilium: Consejo, asesoramiento en pleitos. Especie de consejo en el que asesoraban al señor en cuanto a cuestiones políticas a seguir.
Carlomagno muere en el 814 y es sustituido por su hijo, Luís el Piadoso (o Ludovico Pío), que reina de 814-840. Le resulta difícil conservar el Imperio. Tiene un carácter más débil que el de su padre y está influido por la Iglesia, que se aprovecha de su debilidad. Demostró poco inclinación hacia las actividades guerreras, y se ocupó con preferencia de la administración eclesiástica.
En el 817 reguló por adelantado su sucesión, concediendo a cada uno de sus tres hijos el gobierno de un reino.
La fragmentación del poder se va a ver potenciada por:
1- El reparto del Imperio.
2- Segundas invasiones.
1- Reparto del imperio
El problema del reparto lo va a aprovechar la aristocracia, apoyando a unos y otros, y recibiendo como beneficios inmunidades como evitar el control de los oficiales del rey en tierras de los señores.
En el 840 muere Luís el Piadoso y se tienen que hacer realidad las particiones. El hijo mayor del rey, Lotario, trató de hacer valer su primogenitura. Pero había dos herencias más, las de sus hermanos Luís y Carlos, que tratarán de evitar el poder de Lotario.
En el 843, los tres hermanos, firman el tratado de Verdún, en el cual el Imperio queda dividido en tres partes:
* Occidental: Carlos el Calvo.
* Central: Lotario.
* Paises germánicos del E de Lotaringia (futura Alemania): Luís el Germánico.
De esta manera el territorio queda fragmentado en tres.
2- Segundas invasiones
El Imperio va a sufrir varias invasiones por parte de pueblos como los vikingos, húngaros, sarracenos,... En el reino existía un clima de ruina e inseguridad que va a contribuir a fortalecer los siguientes procesos:
* La existencia de vikingos por occidente, sarracenos por el sur y húngaros por oriente provocará una defensa por parte de los habitantes del Imperio contra las invasiones. Esto hará que algunos aristócratas obtengan más poder.
* Debido al clima de inseguridad se van a producir deserciones de esclavos, desestructurándose así la sociedad.
En estas circunstancias el título imperial pasa de unas manos a otras.
El Imperio estaba muy dividido y, debido a las sucesivas generaciones y sus descendientes, se va a ir fragmentando cada vez más.
Del 885-888 se va a ir desintegrando la unidad del Imperio. Esta situación va a generar los siguientes procesos:
* El fortalecimiento de principados territoriales bajo la dirección de una sola persona, que ostentaba el título de duque, y que se declaraba vasallo de uno de los múltiples reyes del Imperio Franco.
* La fijación del ceremonial de la coronación de los reyes franceses del reino. Lo retoma el obispo del reino, lo que garantiza la participación de la legitimación real (preserva la figura del rey).
* La vinculación entre la prestación de homenaje, la fidelidad, y dar el beneficium del feudo, a quien se prestaba al homenaje. Si no hay beneficium no hay homenaje. En el s. IX los señores necesitan más las ayudas de sus vasallos, por tanto, tenían que dar más tierras. Más tarde el derecho de los vasallos se hace hereditario, el rey ya no lo puede reclamar. A finales del reinado de Carlos el Calvo nacen verdaderos principados territoriales, que en adelante estuvieron en manos de grandes familias y llegaron a hacerse casi independientes, a pesar de los esfuerzos del soberano.
* En Francia occidental, en el 888, los vasallos elevan al trono a Eudes (condado de París). La aristocracia, en contra, apoyaba la candidatura de Carlos el Simple (último carolingio que reinó). Más tarde, durante un siglo, se va a prolongar la lucha entre Robertinos y Carolingios. A ff del s. X (987), un robertino, Hugo Capeto, consigue imponerse por un golpe de estado y logra imponerse como heredero del trono en Francia.

Invasiones Bárbaras I
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EL IMPERIO DE CARLOMAGNO

El reino de los francos fue el más estable y duradero de los fundados por los pueblos germánicos en Europa.
A partir del siglo VIII, una nueva dinastía de reyes, descendientes de la familia de los Heristal, le dio su mayor esplendor, y extendió su poder a todos los países de Occidente, en la misma época en que los árabes consolidaban su dominio en la península ibérica. Carlos Martel que, como vimos, detuvo a los árabes en su avance sobre Europa en la memorable batalla de Poitiers (732), tuvo dos hijos: Carlomán, que profesó como monje, y Pipino, apodado el Breve por su baja estatura, que depuso a Childerico III y se apoderó del trono en el año 751 y reinó hasta el 768, inaugurando la dinastía de los carolingios. A su muerte, sus dos hijos, Carlomán y Carlos, fueron elegidos reyes de los francos, pero, como era de prever, no lograron coordinar sus acciones y se enfrentaron entre sí.
La solución de esta difícil situación se vió facilitada por el fallecimiento de Carlomán en el año 771, con lo que quedó Carlos en posesión total de los dominios de su familia, pues los hijos de Carlomán lo eligieron como jefe.
CARLOMAGNO
Carlos ya era conocido por sus condiciones personales como El Grande (Magno), por lo cual fue llamado Carlomagno. Una vez en ejercicio del poder, Carlomagno se dirigió a combatir a los lombardos en Italia, para proteger al papa Adriano IV. En el año 774 venció a Desiderio, rey de los lombardos, y dos años después deshizo por completo su reino. Desde entonces Italia quedó repartida, entre ti-es soberanos: el papa, Carlomagno y el emperador bizantino.
Carlomagno se proclamó rey de los longobardos y ciñó la corona de hierro, así llamada porque su aro interior había sido hecho con un clavo utilizado en la crucifixión de Jesucristo.
Poco tiempo más tarde, fue llamado a España (778) por un jefe árabe sublevado contra el emir de Córdoba. En consecuencia, atravesó los Pirineos y venció a los moros, obligándolos a retroceder en el territorio conquistado hasta la línea del río Ebro. A su regreso la retaguardia de su ejército fue sorprendida por los vascos o gascones y derrotada en el paso de Roncesvalles, donde murió su sobrino Rolando o Roldán, episodio que dio lugar a una famosa composición en verso.
Con posterioridad, los francos organizaron seis expediciones, con resultado de las cuales Carlomagno fundó dos marcas o provincias fronterizas, la de Barcelona y la de Gascuna.
Carlomagno culminó luego una larga guerra (772-785) contra los sajones, eficazmente conducidos por Widukindo, los que, a pesar de una enconada resistencia, fueron finalmente vencidos y sometidos, convirtiéndose al cristianismo.
Estos triunfos le permitieron extender sus dominios hasta el río Oder. Los bávaros fueron también vencidos y la misma suerte corrieron los ávaros, descendiente de los hunos (788-796), establecidos sobre las costas del Danubio. Finalizada esta campaña, Carlomagno creó la marca del Este (Ostereich), que más tarde constituyó el reino de Austria.
EL IMPERIO
Una vez Finalizadas estas campañas, las posesiones de Carlomagno comprendían la Galia, Italia, Germania y una parte de España, con lo cual quedó restablecido el antiguo Imperio romano de Occidente.
Fue en estas circunstancias que el 25 de diciembre del año 800, mientras Carlomagno oraba en la basílica de los apóstoles San Pedro y San Pablo, en Roma, el papa León III ciñó su cabeza con la corona imperial, a semejanza de lo que ocurría con los emperadores de Bizancio. De esta manera se consolidó la unión de la Iglesia y el estado.
Para mejorar la administración de su vasto imperio, Carlomagno acrecentó el número de duques y condes, cuyos subalternos fueron los vicarios y los centenarios. La labor de éstos se complementaba con la de otros funcionarios de confianza llamados missi dominici (enviados del señor), que recorrían el territorio en cada estación, de dos en dos un conde y un obispo—, para verificar el buen desempeño de sus súbditos.
Dos veces al año se celebraban las asambleas nacionales en las que participaban solamente los obispos, los duques y los condes. Durante su transcurso Carlomagno publicaba sus ordenanzas conocidas con el nombre de capitulares, por estar enunciadas en capítulos, que no siempre tenían el carácter de leyes. En ocasiones se trataba de normas o preceptos morales. Carlomagno prestó principal atención a la organización militar, a cuyo efecto las provincias fronterizas, llamadas marcas, estuvieron a cargo de jefes que recibieron el nombre de Margraves en Alemania y marqueses en los países latinos. El ejército se componía de hombres libres, que debían aportar sus elementos de combate, cuya cantidad y calidad variaba de acuerdo con el patrimonio de cada combatiente. También tuvo especial preocupación por la organización eclesiástica, de la cual se sentía responsable. Con tal objeto creó nuevos obispados y obligó al pago del diezmo, que consistía en el aporte de la décima parte de las cosechas, para el mantenimiento de la Iglesia. Durante el reinado de Carlomagno se llevaron a cabo numerosas obras públicas, entre las que sobresalieron los puentes de madera levantados sobre el Rin y el Danubio; el comienzo de la construcción de un canal entre ambos ríos y la edificación de palacios.
El Imperio Carolingio
El Renacimiento Carolingio
En materia cultural, Carlomagno procuro estimular el desarrollo de las letras y de las ciencias, decaídas por efecto de las luchas, a través de su propio ejemplo. A tal efecto, aprendió el latín y estudió la lengua germánica. Fundó escuelas y se rodeó de sabios, entre los cuales sobresalieron el teólogo Alcuino, nacido en Inglaterra, el lombardo Diácono y el germano Eginardo. Carlomagno asistió a la escuela que funcionó en su propio palacio de Aquisgrán, que mas bien tenía el carácter de una academia, donde se trataban y discutían temas de carácter científico y literario, basados en el estudio de las denominadas artes liberales, que comprendían el trivium (gramática, retórica y dialéctica) y el quadriuium (geometría, aritmética, astrología y música), según el método de lectura y comentario de textos. Paralelamente funcionaba una escuela para niños, que visitaba con frecuencia.
Hasta entonces eran pocos los que tenían una cultura clásica. Entre ellos sobresalían los monjes benedictinos, quienes fueron los más celosos custodios de esa valiosa herencia. Este resurgimiento cultural ha sido llamado el renacimiento carolingio.
División del imperio
Rodeado del cariño de su pueblo y de la admiración de los extranjeros, Carlomagno falleció en su palacio de Aquisgrán (Aix-la-Chapelle), el 28 de enero de 814. A su muerte, los pueblos sometidos trataron de recobrar su independencia y la estructura del imperio se resquebrajó hasta partirse.
Su hijo Luis el Benigno o Ludovico Pío, que le sucedió en el trono, dividió el imperio en el año 817 entre sus tres hijos: Lotario, Pipino y Luis. Disconforme con este reparto, su sobrino Bernardo, que era el rey de Italia, se sublevó, pero fue vencido.
Posteriormente, Ludovico se casó en segundas nupcias con una hija del rey de Baviera (819) con la que tuvo otro hijo, Carlos, a quien quiso hacer partícipe del reparto y entregarle un reino, pero sus otros hijos se sublevaron y Ludovico fue depuesto, aunque más tarde fue restablecido en el trono por la asamblea de Nimega (830).
Esta resolución dio lugar a que sus hijos se sublevaran nuevamente en el año 833. Abandonado por su ejército, fue degradado públicamente, pero poco después fue restaurado por segunda vez en el trono (834).
Tiempo más tarde, su hijo menor, Luis el Germánico, quitó sus dominios a los hijos de Pipino, rey de Aquitania, que murió en el año 838 y además, convenció a su hermano Lotario que le cediera sus posesiones; con lo cual unificó las fuerzas para luchar contra su padre, que falleció en 840, cuando se dirigía a enfrentar al vástago rebelde.
Con la muerte de Ludovico Pío, sus dos hijos menores , Luis y Carlos, se unieron contra Lotario, que reclamé la 3ucesión de su padre y el título de emperador. El entredicho derivé en un enfrentamiento militar, que tuvo lugar en Fontenoy, el 25 de junio de 841. La batalla se prolongó durante todo un día, hasta que el ejército de Lotario se retiro del campo, sin estar definitivamente derrotado.
En esas circunstancias, Luis y Carlos ratificaron su unión con el famoso juramento de Estrasburgo. prestado en presencia de los dos ejércitos (842).
Tratado de Verdún
Al año siguiente (843), Lotario se avino a firmar un tratado en Verdún, por el cual se llevó a cabo otro reparto, de tal manera que Carlos, apodado el Calvo, se quedó con la Galia, aunque con una superficie más reducida, comprendida por los ríos Escalda, Mosa, Saona, los montes Cevenes y la desembocadura del Ródano. A este territorio se lo llamó Francia. Luis el Germánico obtuvo la extensión situada al Este del Rin, que se llamó Germania (Alemania). Por último, Lotario recibió Italia y una franja de territorio separada de la Galia. que comprendía parte de Suiza, la Borgoña, Provenza y Austrasia (Alcasia y Lorena). Todo el conjunto recibió el nombre de Lotaringia.
Con esta división, desapareció el imperio de Carlomagno y surgieron tres incipientes estados que, con algunas variantes en su integración territorial, perduraran hasta nuestros días.
No obstante, la desmembración no se contuvo con esta división, sino que cada una de las tres partes continué fraccionándose en pequeños estados.
En Francia, Carlos el Calvo no pudo mantener su autoridad sobre los duques, marqueses y condes, que fueron emancipándose gradualmente. Estas divisiones fueron favorecidas por el famoso edicto de Mersen (847), del propio Carlos el Calvo, por el cual se establecía que los hombres libres debían reunirse en tomo de un señor, y luego por el edicto de Krersy del Oise (877), que admitió que el título de conde fuera hereditario.
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